Cuando vemos que CICLOLIMA (Proyecto Especial Metropolitano de Transporte No Motorizado) está dedicando tiempo, imagen y recursos a la organización de eventos deportivos competitivos de ciclismo es difícil no recordar lo que muchos choferes nos gritan en las calles cuando creen que nosotros que nos transportamos en bicicleta no deberíamos compartir las pistas con ellos:

“¡Oe sal de la pista, anda a hacer deporte a otra parte!”

“¡Saca tu juguete de acá, la pista es para los autos!”,

“¡Maneja por la vereda!”

Estas son algunas de las expresiones del sentir de automovilistas que desconocen que los ciclistas tenemos iguales obligaciones y derechos a usar las pistas y que la bicicleta es un vehículo de transporte antes que un artículo deportivo.

La percepción de inseguridad vial en nuestra ciudad es una de las razones principales por las que muchos limeños no se movilizan en bicicleta, a pesar de que, según la Encuesta Nacional de Hogares (2012), el 23% de hogares de Lima Metropolitana y Callao posee una bicicleta.

Y ¿por qué los campeonatos deportivos competitivos de CICLOLIMA nos recuerdan las serias falencias del transporte no motorizado en nuestra ciudad?

Bueno, porque las funciones de esta sub-gerencia no tienen nada que ver con la organización de competencias ciclísticas. Según la ordenanza 612 del año 2004, las funciones de CICLOLIMA son:

1. Promover el uso de vehículos no motorizados, especialmente de bicicletas, como medio alternativo de transporte.

2. Promover el diseño, construcción, mantenimiento y rehabilitación de ciclovías, con sus respectivas áreas verdes, mobiliario urbano y estacionamientos respectivos.

3. Propiciar la construcción de caminos peatonales en zonas de bajos recursos.

4. Gestionar acciones conducentes al financiamiento internacional, donaciones e inversión privada.

5. Realizar campañas de educación vial con relación al transporte no motorizado.

6. Desarrollar dentro de sus áreas técnicas y de educación, programas de promoción del uso de la bicicleta como medio alternativo de transporte.

7. Promover la participación de la ciudadanía y empresas privadas para alcanzar los objetivos propuestos.

8. Establecer los mecanismos necesarios para lograr la participación privada, de modo que permita el acceso del mayor número de personas al transporte no motorizado.

9. Las demás que se establezcan en las normas municipales

Cuando CICLOLIMA dedica parte de sus escasos recursos a estos eventos, no solo actúa superponiéndose a las funciones de DEPORLIMA (Sub-Gerencia de Deportes y Recreación) sino que lo hace en contra de su misión, reforzando la idea de que montar bicicleta es una actividad deportiva, sujeta a reglas competitivas, que requiere entrenamiento y equipo especializado. Con estas actividades, en vez de masificar la bicicleta como medio de transporte, esta sub-gerencia por inconciencia (creemos) nos muestra el ciclismo como una práctica excluyente. No solo excluyente por la percepción de costo que implicaría practicarla, sino porque realizar un deporte en la calle en medio de vehículos motorizados termina viéndose como una acción temeraria, un desatino.

También es necesario observar que la “IX Gran Vuelta Ciclística al Perú” organizada por CICLOLIMA para este miércoles 19 al 23 de octubre incluye en el recorrido a Trujillo y Lambayeque (esta última ciudad en la región que vio nacer a nuestro alcalde). Aún si nuestras autoridades creyeran (erróneamente) que la promoción del ciclismo competitivo atraería a ciudadanos a transportarse al trabajo. a la escuela o al mercado en bicicleta, no entendemos ¿por qué organizar este evento invirtiendo recursos fuera de Lima?

El Acuerdo de Consejo 419 del 24 de Noviembre del 2010 (en la anterior gestión de Castañeda) justifica la utilización de recursos de CICLOLIMA en las competencias ciclísticas “Lima-Wakama-Lima y La Vuelta Ciclística de la Peruanidad (…) afirmando, sin fundamento, que estas tienen como finalidad (…) fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte” (además de “complementar la difusión y el desarrollo socio cultural de las zonas de las competencias impulsando el deporte ciclístico con valor agregado, creando espacios donde los ciclistas puedan mostrar sus habilidades y pericias, así como su rendimiento y competitividad”)

Según ese mismo acuerdo de consejo, solo en ese año CICLOLIMA obtuvo para esas competencias un total de 80,000 soles. De los cuales 10,000 soles para Lima-Wakama-Lima y 20,000 soles para la Vuelta Ciclistica de la Peruanidad salieron directamente de los recursos asignados a esa sub-gerencia, 10,000 de la Caja Metropolitana y el resto del sector privado.

Como hemos visto, una de las funciones de CICLOLIMA es: “Gestionar acciones conducentes al financiamiento internacional, donaciones e inversión privada”. Sin embargo esta capacidad debería contribuir a su misión por la promoción del transporte no motorizado y no actividades que corresponden a otras sub-gerencia(s) de Lima Metropolitana y de otras ciudades del Perú.

Si bien 30,000 (en el 2010) es poca cosa para el presupuesto anual de la Municipalidad de Lima, es significativo para CICLOLIMA que cuenta con recursos limitados.

Nos preguntamos cuánto han gastado en estas competencias en años anteriores y en el 2016 y cuánto asignan a infraestructura y campañas de educación vial con relación al transporte no motorizado. En estos dos últimos años tenemos menos longitud de ciclovías, debido al abandono y descuido en la gestión de nuestras autoridades.